Cruz de los Olivos de Calabazares

La Fiesta de la Cruz de Almonaster la Real están declaradas de Interés Etnológico e incluidas en el Catálogo General de Bienes Patrimoniales de Andalucía. Se celebran, desde tiempo inmemorial, en torno al primer domingo de mayo y suponen una manifestación cultural de primer orden que se concreta en la puesta en marcha de unos ritos ancestrales que, año tras año, se repiten con gran lucidez.

Año tras año –durante unos días- la noble y vieja media de Al-Munastyr llena sus calles y rincones de evocación y recuerdos de su rico pasado y su Mezquita se convierte en centro y foro de discusión, debate e investigación del propio hecho histórico, analizado y desarrollando, a través de todo tipo de actividades, el amplio espectro cultural derivado del mismo, perfilándose como cruce y encuentro de caminos, punto estratégico DE UNA FRONTERA ABIERTA con huellas indelebles que destilan herencia andalusí.

En el aspecto festivo, el mes de Mayo se ha venido celebrando desde siglos mediante la colocación, en una plaza o un lugar preeminente, de un árbol denominado Mayo. Este árbol suele ser un álamo, un pino o un chopo al que se ha desmochado, dejando sólo la copa y que se adorna con algunos objetos o no, según el lugar. La costumbre del mayo, aunque ha decaído ante la falta de pujanza del mundo rural, no ha desaparecido. En gran parte de Castilla la Vieja, León, Aragón, Galicia, País Vasco y en determinados lugares de Andalucía, se siguen colocando los Mayos. En Aguafría se coloca junto a la Cruz y en torno a ambos se baila y se canta terminando el Romero.

Es una de las manifestaciones religioso – festivas con mayor arraigo en toda la comarca serrana. De las más antiguas de España, según atestigua un documento de 1606 que se conserva en el Archivo Municipal, se celebra en Pascuas de Pentecostés, en torno al tercer sábado de mayo.

Es una de las joyas etnológicas de Almonaster la Real. Se utiliza casi de modo exclusivo en las fiestas de Las Cruces y son las mujeres las auténticas protagonistas de su lucimiento.

Hace unos años, se recuperó el traje típico del Mayordomo y Diputados.

En la provincia de Huelva, la Cruz de mayo constituye una de las tradiciones con más arraigo popular, plena de aspectos socioculturales y de contrastes, en las que confluyen elementos religiosos y profanos: Almonaster La Real, LAS VEREDAS, Aguafría y Calabazares, junto a Berrocal y Bonares, se erigen en los más atrayentes ejemplos de cómo el fervor popular se manifiesta en torno a la Cruz.

La Fiesta de la Cruz de Almonaster la Real están declaradas de Interés Etnológico e incluidas en el Catálogo General de Bienes Patrimoniales de Andalucía. Se celebran, desde tiempo inmemorial, en torno al primer domingo de mayo y suponen una manifestación cultural de primer orden que se concreta en la puesta en marcha de unos ritos ancestrales que, año tras año, se repiten con gran lucidez.

En Almonaster, la riqueza de su patrimonio histórico-artístico es bien patente, y la existencia de variados estilos de fandangos no hace sino incrementarlo en el aspecto cultural, contribuyendo notablemente a enriquecer el bagaje patrimonial de esta villa y, por extensión, el de la Sierra.

La recuperación en 2014 de esta festividad, desaparecida en el año 1936 a consecuencia de la Guerra Civil, procede de una investigación llevada a cabo por Eugenio Granado, vecino del municipio, con el objetivo de poner en valor la Fiesta de la Cruz de los Olivos y homenajear de esta forma a todas aquellas personas que en el pasado celebraron y disfrutaron de ella. El trabajo cuenta con la colaboración de otros vecinos de la aldea y en él ha sido fundamental la aportación de las mujeres mayores, que han aportado la tradición oral, configurándose así la fiesta, la vestimenta, el toque, el cancionero, la gastronomía y el divertimento.

Actualmente, la celebración se produce el último fin de semana de Mayo, dentro del Ciclo Festivo de las Cruces de Mayo de Almonaster la Real.